(#BIOGRAFIAS) De Hollywood a la Realeza, Grace Kelly
La princesa que nació siendo estrella
En la historia del cine hay pocas historias tan cinematográficas como la de Grace Kelly. Una chica de Filadelfia que conquistó Hollywood en tiempo récord, ganó un Oscar, trabajó con los mejores directores de su época y luego, en el pico de su carrera, lo dejó todo para casarse con un príncipe de verdad. Parece un cuento de hadas, pero fue real. Y como muchos cuentos de hadas, tuvo un final trágico.
Una familia de campeones: Los Kelly de Filadelfia
Grace Patricia Kelly nació el 12 de noviembre de 1929 en Filadelfia, en el Hahnemann University Hospital. Era la tercera de cuatro hermanos: Peggy (nacida en 1925), Kell (1927), Grace (1929) y Lizanne (1933). Pero para entender a Grace, primero hay que conocer a su padre.
Jack Kelly era una leyenda viviente en Filadelfia. Nacido en 1890 en una familia humilde de inmigrantes irlandeses, su padre era un jornalero que trabajaba en la industria textil. Jack se obsesionó con el remo durante su adolescencia y esa obsesión lo llevó lejos. En 1919, solicitó participar en la Diamond Challenge Scull, la competición de remo más prestigiosa del mundo, pero fue rechazado. ¿La razón? Su origen obrero. Los organizadores consideraban que el remo era un deporte de caballeros, no de trabajadores.
Jack no se dejó vencer por el clasismo. Un año después, en 1920, ganó dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Amberes, una individual y otra en parejas con su primo Paul Costello. En 1924 volvió a ganar oro en París. Esa determinación, ese impulso de demostrar que podía superar cualquier barrera social, definiría también a su familia.
Con su hermano Charles, Jack fundó Kelly for Brickwork, una fábrica de ladrillos orientada a grandes construcciones. Se hicieron ricos. En 1917 conoció a Margaret Katherine Majer, hija de inmigrantes alemanes que se había licenciado como profesora de Educación Física en la Universidad de Temple. Se casaron el 30 de enero de 1924.
Para cuando nació Grace, los Kelly ya gozaban de bonanza económica y reconocimiento social en Filadelfia. Vivían en una hermosa casa en East Falls, un barrio respetable. Pero el dinero no suavizó el carácter exigente de Jack Kelly. Era duro con sus hijos, especialmente con sus hijas. Esperaba perfección, éxito, que siguieran su ejemplo de superación.
La niña soñadora que quería ser artista
En otoño de 1934, con apenas cinco años, Grace fue matriculada en el Academy of the Assumption en Ravenhill, donde recibió una estricta educación católica. Ahí completó sus primeros estudios, interpretó sus primeros papeles teatrales (incluyendo a la Virgen María en las obras navideñas) y comenzó a practicar ballet, su primera gran pasión.
Grace era una niña tranquila, casi retraída. Sufría de asma y sinusitis crónica, lo que la mantenía frecuentemente en cama. Eso la convirtió en una lectora voraz. Devoraba obras de teatro, especialmente las de su tío George Kelly, quien había ganado un Premio Pulitzer en 1926 por su obra Craig's Wife. Su otro tío, Walter Kelly, era cantante de music hall y actor de vodevil con cierto éxito radiofónico.
El arte corría por las venas de la familia materna. Mientras su padre esperaba que sus hijos fueran atletas y empresarios exitosos, Grace soñaba con los escenarios. Su hermana Peggy era la favorita de su padre, hermosa y sociable. Su hermano Kell era el heredero deportivo, practicando remo como su padre. Grace, en cambio, era la rara, la artística, la que prefería los libros y el teatro a los deportes.
Con catorce años, en 1943, se matriculó en la Old Academy Players en East Falls, un grupo de teatro donde ya había actuado su hermana Peggy. Fue ahí donde Grace tomó su decisión: quería triunfar en el escenario, ya fuera como bailarina de ballet o como actriz. Su padre no lo entendía. ¿Por qué querría alguien de su familia dedicarse a algo tan incierto, tan poco respetable como la actuación?
En 1947, Grace finalizó sus estudios secundarios en la Stevens School. Quería estudiar ballet en el colegio femenino Bennington en Vermont, pero fue rechazada porque le faltaba un año de matemáticas. Entonces decidió intentar algo diferente: el Academy of Dramatic Arts de Nueva York.
Presentó su solicitud fuera de plazo, pero fue aceptada por ser sobrina de George Kelly, el dramaturgo ganador del Pulitzer. A los dieciocho años, Grace dejó su Filadelfia natal para mudarse a Nueva York. Su padre estaba furioso. Pero Grace, tranquila y determinada bajo su apariencia delicada, no dio marcha atrás.
Nueva York: Modelos, teatro y las primeras cámaras
Mientras estudiaba actuación, Grace necesitaba ganar dinero. Encontró trabajo como modelo, el mismo trabajo que había tenido su madre cuando era soltera. Anunció cigarrillos (especialmente Old Gold, cuyos carteles la mostraban en las calles céntricas de Manhattan), productos de limpieza y lencería. Era hermosa de una manera clásica, etérea. Los fotógrafos la adoraban.
En 1948, justo después de terminar su primer año en el Academy, Grace actuó con The Bucks County Playhouse en New Hope, Pensilvania, interpretando un papel en The Torch Bearers, obra de su tío George. Al año siguiente llegó su gran oportunidad: actuar en Broadway con la compañía del célebre Raymond Massey en The Father, una obra de August Strindberg.
La obra se estrenó primero en Boston y el 16 de noviembre de 1949 finalmente llegó a Broadway. Las críticas fueron excelentes. Grace Kelly, con apenas veinte años, era una actriz de teatro respetable. Las ofertas comenzaron a llegar. En los dos años siguientes interpretó más de sesenta papeles dramáticos, la mayoría para televisión.
Hollywood llama: El ascenso meteórico
El éxito en televisión abrió las puertas del cine. En 1951 debutó con un papel menor en Catorce horas, dirigida por Henry Hathaway. La película pasó inadvertida, pero para Grace fue el inicio. Poco después, la 20th Century Fox la convocó para un casting de Taxi. El director Gregory Ratoff quedó encantado, pero al final eligieron a otra actriz.
El verano de 1951, Grace trabajaba para Elitch Gardens cuando recibió una oferta que cambiaría su vida: actuar en Solo ante el peligro de Fred Zinnemann, junto a Gary Cooper y Katy Jurado. Era un western, un género dominado por hombres, pero Grace aportó elegancia y vulnerabilidad a su papel de Amy Fowler Kane, la esposa cuáquera del sheriff.
La película fue un éxito masivo. Y entonces sucedió algo mágico: el legendario John Ford acudió al preestreno y vio actuar a Grace por primera vez. Quedó impresionado. Aunque tenía dudas, los elogios de su amigo Gregory Ratoff lo convencieron. La contrató para Mogambo (1953), protagonizada por Clark Gable y Ava Gardner.
Pero había una condición: para participar, Grace debía firmar un contrato de siete años con la MGM. Ella aceptó, pero impuso sus propias condiciones: viviría en Nueva York (no en Los Ángeles) y solo rodaría tres películas por año. La MGM accedió. Grace Kelly no era una starlet más dispuesta a aceptar todo. Sabía su valor.
Mogambo la convirtió en estrella. Filmada en África, la película mostraba a Grace como Linda Nordley, una inglesa elegante atrapada en un triángulo amoroso. Su química con Clark Gable era palpable. Ganó un Globo de Oro a la mejor actriz secundaria y recibió su primera nominación al Oscar.
Hitchcock y la rubia perfecta: 1954, el año dorado
1954 fue el año que definió la carrera de Grace Kelly. Estrenó cinco películas, incluyendo tres obras maestras que la convirtieron en una de las actrices más importantes de su generación.
Alfred Hitchcock la vio en Mogambo y supo inmediatamente que había encontrado a su rubia perfecta. Hitchcock tenía una obsesión con cierto tipo de mujer: elegante, refinada, aparentemente fría pero con pasión oculta. Grace encajaba perfectamente.
La primera colaboración fue Crimen perfecto (Dial M for Murder, 1954), un thriller claustrofóbico donde interpretaba a Margot Wendice, una mujer atrapada en el plan asesino de su marido (Ray Milland). Grace estaba perfecta: vulnerable pero fuerte, aterrada pero capaz de luchar.
Hitchcock quedó encantado. Inmediatamente la convocó para La ventana indiscreta (Rear Window, 1954), donde interpretó a Lisa Fremont, la novia glamorosa del fotógrafo interpretado por James Stewart. La película es una obra maestra absoluta, y Grace brilla en cada escena. Su vestuario, diseñado por Edith Head, se convirtió en icónico. La escena donde entra al apartamento de Stewart con un vestido blanco vaporoso es puro cine.
Pero la tercera película de 1954 sería la que le daría el Oscar. Angustia de vivir (The Country Girl) fue un desafío total. Dirigida por George Seaton y coprotagonizada por Bing Crosby y William Holden, Grace interpretó a Georgie Elgin, la esposa sufrida de un cantante alcohólico. Para el papel, Grace abandonó su glamour habitual. Sin maquillaje elaborado, con ropa sencilla, mostrando vulnerabilidad cruda.
La actuación fue reveladora. Demostró que no era solo una cara bonita, sino una actriz de verdad. Ganó el Oscar a la mejor actriz en 1955, superando a Judy Garland por Ha nacido una estrella. También ganó el Globo de Oro y el premio del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York.
El príncipe, Cannes y el adiós al cine
En 1955, Grace volvió a trabajar con Hitchcock en Atrapa a un ladrón (To Catch a Thief), filmada en la Costa Azul francesa. Su coprotagonista era Cary Grant, y la química entre ambos incendiaba la pantalla. La película es romance, suspense y diversión pura. Grace estaba radiante, hermosa, en la cima de su poder como estrella.
Durante el Festival de Cannes de 1955, donde presentaba la película, Grace fue invitada a una sesión de fotos en el Palacio de Mónaco. Era un encuentro orquestado, casi diplomático. El príncipe Raniero III de Mónaco necesitaba una esposa, y no cualquiera. Mónaco estaba en crisis económica. El principado necesitaba revitalizarse.
Se cuenta que Aristóteles Onassis, amigo íntimo de Raniero y el hombre más rico de Mónaco (controlaba el casino de Montecarlo), le había aconsejado casarse con una estrella de Hollywood para atraer a la jet set mundial. Supuestamente le sugirió dos nombres: Marilyn Monroe o Grace Kelly. Raniero eligió a Grace.
El primer encuentro fue breve y formal. Grace llegó tarde (había problemas con su vestido), sudaba por el calor, y la sesión fotográfica fue tensa. Pero algo sucedió. Raniero quedó cautivado. Grace también sintió algo, aunque al principio la relación se enfrió.
Raniero viajó a Estados Unidos en diciembre de 1955 para ver a Grace. El noviazgo fue vertiginoso. A principios de 1956 estaban comprometidos. El anuncio causó sensación mundial. La actriz más glamorosa de Hollywood se casaba con un príncipe de verdad.
Pero había un precio: Grace debía retirarse del cine. A los 26 años, en la cima absoluta de su carrera, después de solo 11 películas, Grace Kelly dijo adiós a Hollywood. Su última película fue Alta sociedad (High Society, 1956), un musical con Bing Crosby y Frank Sinatra. Una despedida alegre para una carrera brillante pero corta.
La princesa de Mónaco: De estrella de cine a jefa de estado
La boda fue un espectáculo mediático sin precedentes. La boda civil se celebró el 18 de abril de 1956 en el salón del trono del Palacio de Mónaco. Al día siguiente, la ceremonia religiosa en la Catedral de San Nicolás fue transmitida a 30 millones de espectadores. Los estudios MGM grabaron todo el evento. Grace llevaba un vestido de Helen Rose que requirió 36 costureras trabajando durante seis semanas. Era el cuento de hadas hecho realidad.
Pero la vida de princesa no fue el cuento de hadas que muchos imaginaban. Grace extrañaba actuar. Extrañaba Nueva York y Los Ángeles. Mónaco era hermoso pero pequeño, apenas dos kilómetros cuadrados. Las reglas del protocolo real eran sofocantes. El suegro de Grace, el príncipe Pierre, era frío y crítico. Y Raniero, aunque la amaba, era un hombre del siglo XIX en muchos aspectos: esperaba que su esposa fuera una princesa tradicional.
Pero Grace no era de rendirse. Si no podía actuar, usaría su fama y su elegancia para transformar Mónaco. Y lo logró espectacularmente.
Como princesa, Grace consiguió revitalizar la economía monegasca. El turismo se disparó. La jet set internacional comenzó a frecuentar Mónaco. El Gran Premio de Mónaco ganó prestigio. El principado, que estaba en declive, se convirtió en sinónimo de glamour y riqueza.
Grace también se dedicó a causas benéficas. Como presidenta de la Cruz Roja de Mónaco, organizó una gala benéfica anual que se convirtió en uno de los eventos sociales más importantes de Europa. Los fondos recaudados ayudaron a mejorar el hospital y otras infraestructuras de salud del principado.
En lo personal, aseguró la sucesión dinástica. Raniero estaba enfrentado con su hermana Antoinette por cuestiones de sucesión, pero Grace le dio tres herederos: Carolina (nacida en 1957), Alberto (1958) y Estefanía (1965). La monarquía monegasca estaba asegurada.
Pero Grace nunca dejó de extrañar el cine. Hubo intentos de regresar. En 1962, Hitchcock la quería para Marnie. Grace aceptó, pero el pueblo monegasco se opuso ferozmente. Una princesa no podía actuar. Humillada, Grace rechazó el papel (que finalmente fue para Tippi Hedren).
El trágico accidente: Un cuento de hadas con final oscuro
El 13 de septiembre de 1982, Grace conducía su Rover P6 por la carretera de La Turbie, una ruta montañosa con curvas peligrosas que conocía bien. Junto a ella viajaba su hija menor, Estefanía, de 17 años. Debía haberlo conducido el chófer, pero Grace insistió en manejar ella misma.
En una curva cerrada, el coche se salió de la vía y cayó por un terraplén de 40 metros. Grace fue trasladada al hospital con lesiones graves. Los médicos descubrieron que había sufrido un derrame cerebral mientras conducía, lo que probablemente causó el accidente. No pudieron hacer nada más. Grace Kelly, princesa de Mónaco, falleció el 14 de septiembre de 1982, un día antes de cumplir 53 años.
Estefanía sobrevivió con lesiones menores, pero quedó traumatizada. Durante años circuló el rumor de que ella era quien conducía, un rumor cruel que la persiguió por décadas. También se especuló que madre e hija estaban discutiendo acaloradamente en el momento del accidente. Estefanía nunca habló públicamente sobre lo sucedido hasta años después, cuando confirmó que su madre había sufrido un derrame.
El funeral fue masivo. La realeza europea, estrellas de Hollywood y millones de personas en todo el mundo lloraron a Grace. Está enterrada en la Catedral de San Nicolás de Mónaco, junto a Raniero (quien murió en 2005).


Comentarios
Publicar un comentario